INTELIGENCIA EMOCIONAL. DEFINICIÓN Y DESARROLLO
Aprender el significado de la inteligencia emocional y su buen desarrollo puede facilitarnos mucho nuestra relación con la sociedad. ¿Cuántas personas conoces con una inteligencia sobresaliente que no acaban de encontrar su lugar en la sociedad?. ¿Recuerdas aquella persona que es un fenómeno con las matemáticas y tiene unas cualidades dialécticas dignas de admiración, y no consigue un puesto de trabajo estable? . O ¿a aquel compañero de trabajo que no logra avanzar en la empresa a pesar de ser el mas productivo de todos?.

Las emociones son grandes condicionantes de nuestra conducta, por lo tanto influyen en todos los aspectos de nuestra vida. Como consecuencia nos permiten integrarnos socialmente a la perfección lo que a su vez nos va a posibilitar desarrollar nuestras otras habilidades en su pleno potencial.
Por el contrario la desintegración de nuestras emociones y por lo tanto su mal manejo, nos va a dificultar nuestra integración en la sociedad y esto se traduce en dificultades en las relaciones personales y laborales.
El mal manejo de las emociones explica las dificultades en las relaciones de pareja, en las relaciones laborales, y en las relaciones familiares.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?

Una buena definición de la inteligencia emocional puede ser la capacidad que tenemos de reconocer las emociones, tanto las nuestras como las de aquellos seres que nos rodean. La habilidad para analizar cómo reaccionamos ante los estímulos que alteran nuestras emociones y la capacidad de analizar cómo otros reaccionan ante estímulos que alteran las suyas.
Para aclarar, la función de las emociones es la de adaptarnos al medio en el que vivimos, por ello su buen manejo nos garantiza una adaptación exitosa.

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA INFANCIA
La infancia es el momento mas apropiado para enseñar el manejo de las emociones. En consecuencia ayudar a gestionar las dificultades que se presentan en lo cotidiano debe ser el objetivo principal en la educación.
Si bien para los adultos resulta verdaderamente difícil controlar las emociones en determinados momentos, para los niños este control es aún más complicado al carecer de experiencias previas similares y estrategias de abordaje.
En ocasiones, nos encontramos con niños cuyo control emocional es prácticamente inexistente. Se muestran irascibles e irritables a menudo. No se les puede negar nada porque están acostumbrados a que se les permita y consienta casi todo.
Además, se manifiestan especialmente frágiles e irritables ante los fracasos, respondiendo de manera agresiva y hostil ante determinadas situaciones..
El trabajo terapéutico de la inteligencia emocional en el niño le enseña a conocer, comprender y por lo tanto controlar las emociones. Esto facilita enormemente la adaptación al grupo, por lo tanto favorece la capacidad de comunicación y las relaciones sociales. Por otro lado, no menos importante al ser la emoción un elemento indispensable en la motivación, su correcta gestión ayuda en el aprendizaje.
Sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaje, no hay memoria, por lo tanto la gestión de las emociones ayudará al niño en el estudio.
El buen desarrollo de la Inteligencia emocional en niños los prepara para la vida. Les permite estar atentos y poder defenderse de posibles peligros sociales o situaciones difíciles que les puedan acontecer. Podrás avisar a tu hijo «mil veces» de diferentes peligros que le podrán acechar, pero si no está atento a tus mensajes y los interioriza emocionalmente, tu mensaje no habrá sido eficaz.
Precisamente la falta de habilidad para manejar las emociones en el niño se manifiesta con alteraciones bien conocidas por todos

Signos de la dificultad de los niños para expresar algunas emociones
- ataques de ira
- rabietas muy intensas
- pesadillas o insomnio
- dificultad en el control de esfínteres
- timidez excesiva o retraímiento
- retraso en el desarrollo del habla
- cambios bruscos en el estado de ánimo
- inseguridad y falta de autoestima
Si a tu hijo o hija le sucede algo de esto, es señal de que internamente hay alguna idea o emoción que no está sabiendo gestionar, y es importante ayudarle a sacarla para que se encuentre mejor, y su comportamiento mejore.
Si tu intuición de madre o padre te dice, que hay algo “raro”, algo que sientes que no va bien, es importante buscar ayuda profesional para poder trabajar con el niño y ayudarle a procesar esa situación que se le ha presentado.
A muchas mamás y papás les preocupa cómo pueda vivir el niño la terapia infantil, y sin embargo, en mi experiencia, ellos lo hacen de una forma muy natural.
Para ellos es una actividad divertida en la que pueden expresarse libremente a través del juego, la plastilina y los dibujos, y así sacar las cuestiones que les preocupan.
Con la ayuda del terapeuta, van jugando y trabajando para que el niño entienda y pueda procesar lo que le sucede.